Interes creados frente al Rescate

En estos momentos el gran problema del Estado español son los costes de financiación. Con el Bono a diez años a más del 7,50% sólo es cuestión de tiempo que el coste de la deuda pública sea inasumible, y por lo tanto el Estado necesite ayuda exterior, es decir ayuda de la UE.

Para evitarlo, la solución sería que el Banco Central Europeo (BCE) comprara deuda pública en el mercado secundario, rebajando así la presión la misma, logrando que los costes de la financiación sean asumibles para las cuentas públicas. Eso es lo que quiere este gobierno.

Sin embargo, vemos que, una y otra vez, tanto el Presidente del BCE como las autoridades comunitarias se niegan en redondo a semejante posibilidad. ¿Por qué?

Formalmente, porque el mandato actual del BCE no consiste en eso. Políticamente, porque los socios europeos quieren más reformas, y en concreto reformas estructurales del Estado español.

Para ello presionan (Almunia lo ha repetido varias veces) para que este gobierno pida expresamente ayuda al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) o EFSF en sus siglas en inglés, el cual sí puede hacer lo que tanto quieren Rajoy y compañía, es decir comprar deuda soberana española en el mercado secundario y rebajar así las tasas de interés.

Naturalmente al hacerlo, se exigirían contrapartidas las cuales, lógicamente irían en la línea de reformas estructurales de mayor calado que las realizadas hasta ahora (meros recortes cosméticos aunque dolorosos), es decir reformas en el Estado elefantiásico que tenemos.

Rajoy y Co. no quieren pues eso significaría tocar el status quo de intereses creados, mezquinos en su mayor parte.

En esa línea, la prensa española y el gobierno hacen caso omiso de esta posibilidad (pedir ayuda formal al EFSF) y presentan el caso como una maldad de Draghi, de Merkel y del Sum Sum Corda en su negativa a comprar deuda “por que yo lo valgo”.

Ignoro cuándo acabará este pulso, pero todo hace indicar que Rajoy –por el bien de todos- lo perderá.

 

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